dissabte, de juny 18, 2011

Día E

Día de la lengua española.

Es mi lengua materna y, ¡la quiero! Pero no celebro este día que pretende realzar la unidad de los pueblos que hablan mi lengua porque no creo en el imperialismo lingüístico de algunos países.

El español se impuso en muchos casos a través de la violencia y no quiero ser partícipe de ello. Sí, ya lo sé, eso fue hace mucho tiempo. Pero no me importa.

A algunos se les llena la boca cuando en algun acto de repercusión mundial se usa el español y en cambio, se lamentan de la hegemonía del inglés. Me suena a provincianismo.

Parece que hay una especie de guerra para ver cuál es la lengua más hablada o estudiada como si eso fuera algo importante. Si creemos en la igualdad de las personas, creemos en la importancia de todas ellas, hablen la lengua que hablen: sea hablada por 100 millones como por 20. Cualquier lengua de las más habladas ha tenido que imponerse por la fuerza. Esas grandes cantidades no son naturales.

Esta celebración me suena a un intento de globalización hispana encubierta para alcanzar al inglés en el número de hablantes. Y además, aunque sean paranoias mías, noto cierto victimismo de aquellos que reclaman más presencia del español en el mundo. Me parece muy bien, ¿pero en detrimento de qué otras lenguas?

No nos engañemos, podremos unificar el mundo con una lengua, pero como ya pasó en el pasado, se volverán a ramificar, porque la unidad en un mundo tan diverso, es artificial.