dilluns, de març 05, 2007

Reflexión

Dedico estas líneas a la lengua de Cervantes, que tan poco a poco se ve distanciada de mi habitual teclear.

Es curioso como un núcleo de polvillos, también llamado "pastilla" puede llegar a afectar tanto a nuestro cuerpo. No debería sorprendernos pues es completamente normal tomar una u otra cosa para calmar nuestros males. Lo curioso viene cuando nuestro mal está en esa pelotilla que tenemos encima de los hombros y que nos hace sudar dia a dia...
"Canta i sigues feliç" me dice mi estimada profesora de canto. Lo de cantar más o menos, pero lo de ser feliz lo comienzo a notar después de mucho tiempo, como decía antes, gracias a unas pastillitas; triste, no?
Entonces empieza el círculo vicioso, encontrarse mal por ver que realmente dependes de los nombrados polvillos para conseguir cierta coraza que te proteja de tu entorno.
¿Qué vivimos? ¿Qué vemos? y lo más importante, ¿por qué siempre hay alguien que nos soporta y convierte esta falsedad en algo llevadero?

A tots els que m'aguanteu dia a dia...